Este fenómeno se produce cuando hay nieblas, nubes y el sol se encuentra detrás del observador. Entonces la sobra del escalador (por ejemplo aunque también puede ser la de un avión, u otra cosa) se proyecta sobre las nubes y crea cierta imagen con tintes fantasmales.
Primeramente, se observa la sobra, que parece gigante. Digo parece porque realmente la sombra no varía. Pero al proyectarse sobre gotas, algunas cercanas y otras lejanas, da esa sensación. Además, la sombra se hace triangular.
Lo otro que llama la atención de los círculos de Ulloa, es el aura que rodea la sombra. Como si nuestro gigante sombrío fuera envuelto por un arcoiris. Esto se debe a que la luz al tocar el borde definido de nuestro cuerpo, se difracta. Este es el mismo principio que la formación del ARCO IRIS. La luz del sol se separa en diferentes ondas y cada una de ellas corresponden un color y estas, al chocar contra las gotas de agua de la niebla, rebotan y las podemos ver.
Un dato curioso es que según el círculo de arco iris que se forma, sabremos el tamaño de las gotas de la niebla. Si las gotas son diminutas, el diámetro es grande; si las gotas son grandes, el diámetro es pequeño.