El término Tempestad Sísmica nace por la necesidad de poder prever terremotos en las zonas pobladas para evitar daños.
Desde hace años, lo científicos han ido descubriendo las señales que permiten prever los fenómenos atmosféricos: bajas presiones, vientos, etc. Según sean estos datos se puede saber (de manera más o menos acertada) donde, cuanto y con qué intensidad se producirán ciertos fenómenos atmosféricos.
Pero cuando hablamos de terremotos, las señales anteriores a estos son totalmente desconocidas. Como sabemos, los terremotos se producen a causa de movimientos entre las placas tectónicas. Estas placas, movidas por el magma interior de la tierra chocan, friccionan y se separan entre sí produciendo tensiones que se traducen en los terremotos.
Pues bien, hace unos años se descubrió que cuando se producía un terremoto , sobre todo de gran magnitud ( más de 5 en escala Ritcher) , se producían otros en tiempos relativamente corto en otros puntos de lo que sería el frente de choque de las placas.
Estos continuos terremotos no son réplicas del primero, sino otros terremotos que liberan las tensiones producidas por el choque entre placas.
De esta manera, se pueden prever donde se producirán los siguientes terremotos, aunque no se pueda determinar el cuando.